Algunos dan por acabado el modelo turístico de sol y playa. Pero no parece; y tal vez porque este modelo está evolucionando. Se ofrece lo de siempre, pero también se promocionan nuevos incentivos. Es el caso de la Costa del Sol. Sus playas son la base, pero cada vez hay más y mejor oferta de turismo rural, gastronómico o deportivo. Tal vez así se explique que el de 2016 ha sido el mejor verano de la historia de la Costa del Sol. Ha recibido este verano 6.770.000 turistas, lo que supone un aumento del 6,5% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto se traduce en un impacto económico de 6.746 millones de euros, un 5,8% más que en 2015. Una cifra a la que si se le une el gasto generado por los turistas se alcanzan los 8.569 millones, según datos de la empresa pública de Turismo de la Costa del Sol.

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Los hoteles malagueños siguen de récord y este pasado verano recibieron a 2,33 millones de viajeros que realizaron cerca de diez millones de pernoctaciones, con lo que ello representa en ingresos en los meses con las tarifas más altas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer los datos de la encuesta de ocupación hotelera de septiembre, permitiendo así hacer un balance del conjunto del verano en todo el país. Entre junio y septiembre, los hoteles alojaron a 2,33 millones de viajeros, un 1,8 % más que en el mismo periodo del año anterior, y realizaron 9,56 millones de pernoctaciones, un 4,2% más. Málaga fue la cuarta provincia española que recibió más turistas en los hoteles en verano, por detrás de Baleares (6,3 millones), Barcelona (4,8 millones) y Madrid (3,9 millones).

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