Málaga es algo más que la capital de la Costa del Sol
La patria chica de Pablo Picasso y Antonio Banderas hoy aloja más de treinta museos y propone un itinerario que valoriza su patrimonio arquitectónico y su milenaria historia en Andalucía
Como decía el malagueño Pablo Picasso, “lleva muchos años llegar a ser joven”. Esa capacidad de reinvención habla de Picasso y también del presente de Málaga. Hasta hace poco, para muchos turistas esta ciudad cosmopolita de medio millón de habitantes a orillas del Mar Mediterráneo, en España, era básicamente “la capital de la Costa del Sol”. Es decir, la puerta hacia Torremolinos, Marbella, Benalmádena, Fuengirola y Puerto Banús, entre otros balnearios.
Los memoriosos juran que esto es así al menos desde el año 1966. Es cierto que ese perfil creció aún más con el tren de alta velocidad que une a Málaga con Madrid en apenas dos horas y media. Es cierto que el nuevo aeropuerto de Málaga abierto en 2011 aportó lo suyo a ese perfil, porque es la puerta de Andalucía y por allí pasan 14 millones de pasajeros anuales –ingleses, suecos, holandeses, entre otros– que van hacia Córdoba, Granada, Sevilla o la Costa del Sol. Pero la verdad es que Málaga es mucho más que un aeropuerto, un paisaje de sol y playa o una escala de cruceros mediterráneos.